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Por Edgar García
La posición del Gobierno ante las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en cuanto al crecimiento de Bolivia y su inflación es clara: ambos organismos externos subestiman a nuestro país.
Las previsiones expuestas por los dos entes internacionales, en los pasados días, calaron profundo en el oficialismo. El FMI vaticinó que la inflación podría escalar al 15.1% en esta gestión y que el crecimiento económico boliviano será equivalente al 1.1%. El BM, por su lado, proyectó un crecimiento del 1.2%.
El Ministerio de Economía emitió ayer un fuerte comunicado en el que dejó sentada la postura del Gobierno ante los pronósticos de afuera: “El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas expresa su desacuerdo con las proyecciones emitidas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial 2025 debido a que no coinciden con la realidad productiva y los resultados de la economía de Bolivia”, se lee en el primer párrafo del escrito compartido por esa cartera gubernamental.
Es que el despacho manejado por Marcelo Montenegro entiende que las revisiones a la baja en las proyecciones del FMI y el BM “no son exclusivas para Bolivia, sino para de una actualización global” y que las estimaciones efectuadas por ambas entidades responden a “subestimaciones” que no son nuevas hacia el comportamiento de la actividad económica nacional.
Para graficar su punto de vista, el Ministerio puso como ejemplo estimaciones pasadas de los mismos entes que posteriormente no coincidieron con el crecimiento medido.