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Por Isabel Panozo
Pasado el furor del primer episodio, y estrenado el segundo, de la precuela de “Game of Thrones”, nosotros nos ponemos al día para contarles lo que se avecina en esta segunda temporada de “House of the Dragon. Después de disfrutar de la primera hora de lo nuevo del universo de George R. R. Martin, podemos decir que los nuevos capítulos vienen con todo para conquistar a su audiencia, presentando increíble vestuario e interpretaciones de primera que caracterizan a este universo de guerra y dragones.
El primer episodio es sólo una pequeña probadita de la ola de emociones que se avecina para los ciudadanos de Westeros y para todos los que estuvimos esperando el regreso de los Verdes y los Negros a la pantalla. Pero, antes de continuar, advertimos que habrán spoilers para aquellos que aún no se la ven, ya que hablaremos del primer capítulo de la segunda temporada y nuestras primeras impresiones de ella.
El principio del fin
Retomemos la trama de la temporada anterior. Tras la toma del trono por parte de los Verdes, se desata un conflicto en el que todos deben tomar un bando y jurar lealtad a la corona, ya sea sostenida por Aegon II (Tom Glynn-Carney), hijo de Alicent (Olivia Cooke); o por Rhaenyra (Emma D’Arcy). En la búsqueda de aliados que apoyen su causa, la reina del bando negro envía a sus hijos mayores Jacaerys (Harry Collett) y Lucerys (Elliot Grihault) a negociar con el Valle y el Norte, y con el Bastión de Tormentas, respectivamente; viaje del que Lucerys no regresará debido a un enfrentamiento con su tío, Aemond (Ewan Mitchell), en el que Vhagar, el dragón del verde, devoró tanto al niño, como a su dragón, Arrax.
Empieza la temporada dos, un cuervo sobrevuela poniente en camino a la muralla de hielo, donde Jacaerys y Cregan Stark (TomTaylor) hablan sobre una alianza a favor de la legítima heredera del trono de hierro, Rhaenyra, momento en el que Jacaerys recibe la noticia de que su hermano ha fallecido. Mientras tanto, la reina también ha recibido un cuervo y ha abandonado su posición en el consejo para poder cerciorarse de la muerte de su segundo hijo, el heredero de Marcaderiva; por lo que su esposo y comandante de sus tropas Daemon (Matt Smith), intenta aprovechar su ausencia para movilizar al bando en un ataque contra los verdes, recibiendo negativas desde Rhaenys (Eve Best), tía de la reina y una pieza clave del consejo negro.
Por otro lado, en Kingslanding, el consejo de los verdes se reúne para discutir las consecuencias del accionar de Aemond, además de los siguientes pasos en la búsqueda de una solución pacífica para la guerra que está a punto de desatarse. Tanto Alicent, como su padre, la Mano del Rey, tratan de convencer a Aegon de evitar un ataque directo y ordenar a Aemond a permanecer en la Fortaleza Roja junto a su dragón para evitar más conflictos con el enemigo. No obstante, tanto Aemond, como Sir Criston Cole (Fabien Frankel), Lord Comandante y amante de la madre del rey, opinan lo contrario y buscan terminar la revolución del bando contrario rápidamente, sin importar la violencia que implica.
Varios días después, Rhaenyra vuelve a Rocadragón tras encontrar restos de Arrax y ropa de Lucerys gracias a un grupo de pescadores, y se reúne con su consejo que le plantea los avances de la guerra, con nuevas estrategias y un punto de bloqueo marítimo que les da ventaja en las aguas y en el comercio. Sin embargo la reina se planta en la cabeza de la mesa sólo para pedir una cosa: “Quiero Aemond Targaryen”, una luz verde a los planes de venganza que construyó Daemon y que, con ayuda del Gusano Blanco, llevará a cabo después del funeral. Daemon recluta a un ex guerrero que estaba bajo su comando cuando era Lord Comandante, y a un cazador de ratones del castillo, prometiéndoles dinero a cambio de la cabeza de Aemond o alguno de los herederos de los verdes, que, al final, resulta ser el pequeño de Aegon, cumpliendo así la amenaza de un hijo por un hijo.
Interpretación y construcción de los personajes
La nueva temporada no se queda atrás con el desarrollo de la historia y la complejidad de los personajes, tan solo en el primer episodio demuestra una calidad incomparable y una dirección que se complementa muy bien con el trabajo fotográfico y el del cast.
El desenvolvimiento de los personajes nos ayuda a entender que se puede tener facetas buenas y malas al mismo tiempo, como Aegon, que se muestra muy compasivo con los plebeyos y las consecuencias que les trae su propia guerra, a la vez que se jacta de poder ir con su hermano y sus dragones a calcinar vivos al bando negro, cuando tenga la oportunidad.
El juego con las emociones de espectador es brutal y descarado, tanto en escenas violentas como en la simple muestra de la hipocresía de Alicent, quien juzgaba a Rhaenyra por el descuido de sus obligaciones y su relación con Sir Criston Cole, y que ahora toma el papel que la reina jugó años atrás, lo que trae consecuencias graves, siendo una de ellas la muerte de su nieto.
Finalmente, y lo que más quisiera destacar de manera personal, es la interpretación de Emma D’Arcy, que se lució pese a tener solo un diálogo en todo el episodio. El dolor que su personaje sintió fue palpable sólo gracias a ella y estamos seguros de que nadie lo hubiera hecho mejor, aunque Harry Collett no se queda atrás. Fue un capítulo muy emocional para los partidarios de los negros, lleno de tristeza, ira y venganza, y, como suelen decir, el bando de Rhaenyra “devoró” con este debut de la temporada dos, un excelente gancho de inicio para continuar esperando la serie cada domingo.